En él, los países participantes se comprometían en disminuir, entre todos, sus emisiones en 5,2 % de los niveles registrados en 1990, teniendo como fecha promedio de efecto el quinquenio 2008 – 2012. Para ello la Unión Europea se comprometía en disminuir sus emisiones en al menos 8%, a los Estados Unidos les correspondía 7%, a Canadá y Japón 6% y Rusia, Nueva Zelanda y Ucrania solo deberían normalizar sus emisiones con respecto al 1990.
El protocolo incluía un acuerdo conocido como Mecanismo de Desarrollo Limpio, donde se intentaba canalizar la asistencia a las naciones en desarrollo, para facilitarles un desarrollo menos contaminante y evitar emisiones, esto comprendía:
–La protección de bosques amenazados.
–El establecimiento de nuevos bosques como vertederos de carbono.
Esta asistencia estaba vinculada con la primera de las negociaciones de cuotas.
–La protección de bosques amenazados.
–El establecimiento de nuevos bosques como vertederos de carbono.
Esta asistencia estaba vinculada con la primera de las negociaciones de cuotas.
Solo Alemania y Gran Bretaña han disminuido sus emisiones, el primero en 15 % y el segundo en 12 % en relación con 1990. Algunos países esperan cumplir sus compromisos agroforestales y la protección de bosques amenazados, pero la realidad es que de continuar las emisiones al ritmo que llevan en la actualidad, no se cumplirá el compromiso de reducción, sino que se incrementara entre 18 y 20 %, con respecto al 1990.