miércoles, 2 de marzo de 2011

PROTOCOLO DE KYOTO

El Protocolo de Kyoto, firmado el 10 de diciembre de 1997, es el compromiso formal de los países participantes en la Tercera Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático (COP3) de reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero para el año 2012, teniendo como base el año 1990 para el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), y el año 1995 para los hidrofluorocarbonos (HFCS), los perfluorocarbonos (PFCS) y el hexafluoruro de azufre (SF6), para estos últimos se toma otro año base, ya que en el 1990 prácticamente no se producían.

En él, los países participantes se comprometían en disminuir, entre todos, sus emisiones en 5,2 % de los niveles registrados en 1990, teniendo como fecha promedio de efecto el quinquenio 2008 – 2012. Para ello la Unión Europea se comprometía en disminuir sus emisiones en al menos 8%, a los Estados Unidos les correspondía 7%, a Canadá y Japón 6% y Rusia, Nueva Zelanda y Ucrania solo deberían normalizar sus emisiones con respecto al 1990.
El protocolo incluía un acuerdo conocido como Mecanismo de Desarrollo Limpio, donde se intentaba canalizar la asistencia a las naciones en desarrollo, para facilitarles un desarrollo menos contaminante y evitar emisiones, esto comprendía:

–La protección de bosques amenazados.
–El establecimiento de nuevos bosques como vertederos de carbono.
Esta asistencia estaba vinculada con la primera de las negociaciones de cuotas.

Solo Alemania y Gran Bretaña han disminuido sus emisiones, el primero en 15 % y el segundo en 12 % en relación con 1990. Algunos países esperan cumplir sus compromisos agroforestales y la protección de bosques amenazados, pero la realidad es que de continuar las emisiones al ritmo que llevan en la actualidad, no se cumplirá el compromiso de reducción, sino que se incrementara entre 18 y 20 %, con respecto al 1990.

 

lunes, 14 de febrero de 2011

LA IMPORTANCIA DEL RECICLAJE

La definición de reciclaje podría ser la obtención de materias primas a partir de desechos, introduciéndolos de nuevo en el ciclo de vida.

Para la separación en origen doméstico se usan contenedores de distintos colores ubicados en entornos urbanos o rurales:
  • Contenedor amarillo (envases): En éste se deben depositar todo tipo de envases ligeros como los envases de plásticos (botellas, tarrinas, bolsas, bandejas, etc.), de latas (bebidas, conservas, etc.)
  • Contenedor azul (papel y cartón): En este contenedor se deben depositar los envases de cartón (cajas, bandejas, etc.), así como los periódicos, revistas, papeles de envolver, propaganda, etc. Es aconsejable plegar las cajas de manera que ocupen el mínimo espacio dentro del contenedor.
  • Contenedor verde (vidrio): En este contenedor se deposita vidrio. 

CONSECUENCIAS DEL RECICLAJE

El reciclaje tiene tres consecuencia ecológicas principales:
  • Reducción del volumen de residuos, y por lo tanto de la contaminación que causarían (algunas materias tardan decenas de años e incluso siglos en degradarse).
  • Preservación de los recursos naturales, pues la materia reciclada se reutiliza.
  • Reducción de costes asociados a la producción de nuevos bienes, ya que muchas veces el empleo de material reciclado reporta un coste menor que el material virgen (como el HDPE reciclado o el cartón ondulado reciclado).

IDEAS PARA UN MUNDO MEJOR


Dentro de una responsabilidad ecológica, la disciplina podría ocupar el sitio más importante. Partiendo de esa base quiero compartir ideas para colaborar con nuestro ecosistema:
  • Aunque parezca un tópico, el cuidado en el consumo de agua y luz sería algo principal.
  • Sobre los residuos, no mezclarlos, reciclar, no deshacerse de las colillas a nuestras anchas, tirarlas siempre a la basura (jamás en un entorno verde)
  • Intentar usar electrodomésticos lo menos posible, esto se puede conseguir aprovechando al máximo la colada o la vajilla.
  • El coche: importante factor dañino. Usarlo lo menos posible, compartirlo para moverse al trabajo etc..
  • El uso de transportes públicos

Energía eólica